Juan Calvino desarrolló su ministerio durante mediados del siglo XVI, entre 1509 y 1564, contemporáneo de Martín Lutero.

Calvino nació en el Cantón de Noyon, departamento de Oise y la región de Picardía, Francia en 1509.

Fue educado en el catolicismo, cursó estudios de teología, humanidades y derecho. Se convirtió al protestantismo pasados los 20 años, adoptó los puntos de vista de Lutero: negación de la autoridad de la Iglesia de Roma, importancia primordial de la Biblia y doctrina de la salvación a través de la fe y no de las obras. En 1541 llega nuevamente a Ginebra en donde asumió un verdadero poder político, que ejerció hasta su muerte, además de predicar y tratar de influir en las costumbres de los habitantes. Estableció un control de hecho sobre la vida pública, basado en la asimilación de comunidad religiosa y comunidad civil. La lucha por imponer todas estas innovaciones se prolongó hasta 1555, con persecuciones sangrientas, destierros y ejecuciones; después, Calvino reinó como un dictador incontestado. Ginebra se convirtió así en uno de los más importantes focos protestantes de Europa, desde donde irradiaba la Reforma.

En 1536 publicó un libro en el cual sistematizaba la doctrina protestante -Las instituciones de la religión cristiana-, que alcanzaría enseguida una gran difusión. Calvino se instaló en Ginebra, pero sus autoridades le expulsaron de la ciudad en 1538 por el excesivo rigor moral que había tratado de imponer a sus habitantes. El culto se simplificó, reduciéndolo a la oración y la recitación de salmos, en templos extremadamente austeros de donde habían sido eliminados los altares, santos, velas y órganos. Gracias a la labor de Calvino, Ginebra se convirtió así en uno de los más importantes focos protestantes de Europa, desde donde irradiaba la Reforma. La influencia religiosa de Calvino se extendió a Francia, convirtiéndose en el principal líder protestante de Europa, superando las ideas del luteranismo. El calvinista fue el protestantismo dominante en Suiza y en Holanda, así como el de los hugonotes franceses, los presbiterianos escoceses o los puritanos ingleses.

Juan Calvino se opuso siempre a la fusión de las iglesias reformadas inspiradas por él con las de inspiración luterana, alegando irreductibles diferencias teológicas. Juan Calvino defendió la doctrina de la predestinación: según Calvino, Dios ha decidido de antemano quiénes se salvaran y quiénes no, con independencia de su comportamiento en la vida; el hombre se salva si ha sido elegido para ese destino por Dios; y las buenas obras no constituyen méritos relevantes a ese respecto, sino una conducta también prevista por el Creador. Fue un líder religioso muy radical y prepotente con sus ideas teológicas, al punto de vulnerar los derechos de quienes no aceptaban sus ideas religiosas, al punto de apoyar el asesinato de los acusados de herejía.